Terapia
Nuestra intervención terapéutica se rige por el modelo cognitivo-conductual y se dirige básicamente a dos focos de actuación, la terapia individual y la terapia grupal. En la primera, se trabajan los objetivos directamente con el usuario para luego ponerlos en práctica en situaciones reales en la terapia grupal. Las sesiones tendrán una hora de duración, contando con un tiempo al final de cada una de ellas para el intercambio de comunicación con los padres/madres. La intervención, aunque centrada en el trabajo directo con el niño/a, también abarcará las orientaciones al centro educativo y a las familias con el fin de actuar sobre los diferentes contextos en los que se desenvuelve el niño/a.
El primer paso al acceder al servicio de terapia, es una evaluación de los puntos fuertes y los aspectos a reforzar de nuestros usuarios/as por parte de la terapeuta asignada. Tras la cual, se estructura una programación individual anual con la implicación de los padres y madres, que seguiremos a lo largo del curso. Además Cuando sea necesario y ante problemáticas concretas, se elaborarán programas y pautas de actuación para ser llevados a cabo en casa, realizándose un seguimiento de la evolución de las mismas con las familias.
Para que haya un correcto feedback del desarrollo del programa se realiza un informe cada trimestre, coincidente con las vacaciones escolares, en el que evaluaremos el nivel en el que se encuentra el usuario/a para la adquisición de cada uno de los objetivos propuestos. Estos objetivos se estructuran en seis áreas: área cognitiva, comunicativa, socialización, motora, conductual, autonomía.
En el área cognitiva intervienen los procesos de percepción, memoria, razonamiento, atención y resolución de problemas.
Objetivos generales que se plantean:
Atención: Permanecer sentado realizando una actividad e ir aumentando los tiempos de atención, centrándose sólo en la tarea que está realizando.
Promover la atención conjunta, con actividades en las que preste atención a algo junto a alguien, por ejemplo compartir un libro con el adulto.
Promover la anticipación y la autodirección de la conducta: en el uso y comprensión de la agendade pictogramas, tanto en la terapia como en casa. Propiciando la elección entre alternativas, siempre que sea posible y en diferentes actividades y contextos: elección de juego, elección de canción…
Aumentar progresivamente los intereses.
El área comunicativa trata de potenciar los prerrequisitos de la comunicación, tales como el interés hacia la interacción con el otro, la atracción hacia el lenguaje, el desarrollo la imitación y de la discriminación auditiva entre otras. Así como el aumento de la frecuencia y espontaneidad de los actos comunicativos de su repertorio.
El área de socialización intenta atraer la atención del niño o niña hacia las conductas sociales, la comprensión de los eventos socialmente notables y su correcta respuesta ante ellos. Patrones primordiales de la interacción social con el adulto y sus iguales. Se trabaja, sobre todo, la imitación y el juego, siendo en la terapia de grupo donde más se promocionan estos objetivos.
El área conductual trata de promocionar la colaboración positiva por parte del niño o niña hacia tareas concretas, en ordenador, en el baño, en el aula, en el juego…
El área motora está orientada a conseguir los patrones motores fundamentales, integración del esquema corporal, equilibrio, tono y potencia muscular. Así como fomento de la motricidad fina.
El área de autonomía trata de promover las habilidades de la vida diaria de una forma más espontánea. Estas habilidades se dan en la comida, aseo, vestido, quehaceres cotidianos…
Los principios que rigen nuestra actuación son:
Establecer un vínculo afectivo terapeuta- niño/a como premisa básica.
Contextos y actividades estructuradas: un mundo previsible.
Proporcionar claves temporales, espaciales y de planificación representadas visualmente: dar sentido al espacio y al tiempo.
Dar sentido a las metas y actividades del programa (funcionalidad y significado).
Adaptarnos al estilo comunicativo del niño/a: uso de gestos o imágenes que apoyen el lenguaje, endentecer el ritmo, hablar menos….
Seleccionar objetivos y actividades evolutivamente apropiados y adaptados a intereses y motivaciones.
Ofrecer oportunidades frecuentes para practicar y ensayar.
Utilizar distintas actividades y/o contextos recurrentes para la consecución de un objetivo: variación de tarea.
Utilizar el aprendizaje sin error para evitar frustraciones.
Intentar promover la participación activa del usuario.
Un elemento de apoyo para nuestro trabajo son las agendas: de objetos reales, de fotografías, pictogramas, dibujos, con palabras, con frases. Cada una de ellas, según el nivel de desarrollo del niño o niña y sus necesidades, ayudan a anticipar la secuencia de actividades durante un periodo de tiempo. Esto es positivo porque:
Disminuye la ansiedad del niño o niña en algunas ocasiones, ya que anticipa lo que va a suceder, disminuyendo así posibles problemas de conducta.
Suele aparecer interés por las tareas a realizar y menor resistencia a aceptar tareas nuevas.
Pueden aparecer peticiones espontáneas de determinadas actividades.
Ayuda a comprender el mensaje oral con el apoyo de la imagen, que suele ser más comprensible para ellos.
Ayudan a que el niño o niña vaya siendo capaz de organizar y planificar su tiempo.
Permite anticipar imprevistos o ruptura de la rutina habitual.
Podemos valernos también de ella para recordar qué hemos hecho en una jornada, siendo un instrumento que potencia la comunicación.
La sesión se estructura de la siguiente manera:
A partir de aquí realizamos las actividades que hayamos estructurado para la sesión según los objetivos propuestos para cada niño o niña. Ejemplos de actividades son:
Hablar: nos cuentan a través de fotos, comentarios de los padres o de ellos mismos lo que han hecho el día anterior, por la mañana, la comida, algo importante que les haya ocurrido,…
Escribir: pueden realizar diversos ejercicios, desde grafomotricidad simple a redacciones de un tema de su interés.
Ordenador: tienen que pedir el juego al que quieren jugar. Son juegos educativos y atractivos que despiertan su atención.
Caritas: trabajamos las emociones, simples y complejas, darles un porqué, hacer inferencias de cómo se siente la otra persona,
Euros: el manejo del dinero, identificar las monedas, sumar hasta llegar a una cantidad exacta, saber la devuelta en una compra,…
La forma de proceder con el ámbito escolar de los chicos y chicas consiste en realizar una visita al centro educativo durante el periodo escolar para poder coordinar nuestra intervención con los docentes que actúen con nuestros usuarios. Igualmente, las puertas de nuestro centro están abiertas a dicho profesorado para que conozcan dónde se interviene, los materiales que utilizamos, nuestra forma de trabajar… Posteriormente a esta visita, se mantiene un contacto periódico, vía email, telefónico o presencial para solucionar posibles problemas que puedan surgir con el objetivo de optimizar la intervención conjunta.
Gracias a nuestra intervención, la evolución de estos niños y niñas es un proceso continuo en el que cada día hay un nuevo objetivo que alcanzar. Nuestro propósito y el de nuestras familias es conseguir que la distancia a sus conductas-meta sea cada vez menor. Estas conductas-meta se dirigen: al aprendizaje generalizado en todos los contextos donde se desenvuelve el niño o niña, extinción y/o redirección de conductas inadecuadas, enseñanza de habilidades comunicativas verbales y no verbales, aprendizaje de conductas más espontáneas en la resolución de los problemas de la vida cotidiana, enseñanza de habilidades de intercambio emocional y experiencia de ello, así como la adquisición de la mayor autonomía posible en las habilidades de la vida diaria.
Tras nuestra experiencia de intervención directa con los usuarios y con las familias, así como colaboraciones con el ámbito escolar, hemos observado que es realmente necesario seguir con este afán de superación y lucha constante ante las fluctuaciones típicas del proceso de aprendizaje, que no siempre es continuo y lineal en nuestros niños y niñas. Para la progresión de nuestras terapias consideramos que formamos un buen equipo con las familias y los docentes. Sin embargo, es necesaria la implicación de la sociedad para que la integración de nuestros niños y niñas sea cada vez más una realidad y no una meta a conseguir.